25 de marzo de 2011

Esos eran los ojos de la esperanza



A veces, podemos verle la cara a esos sustantivos que, según nos enseñaron en la primaria, son abstractos. A los concretos, nos decían, los podemos ver, tocar e imaginar. Nos desafiaban a dibujarlos. Sillas, mesas, un vaso o una cartuchera se estampaban en las hojas medio amarillentas del cuaderno Rivadavia.

Al crecer, todas las verdades inobjetables de la primaria ya no me parecían tanto. Empecé a ver que la soberbia tiene la mirada de alguien que conozco, que la amistad es un reecuentro después de meses que parecen horas, que el amor es ese hombre que me acaricia mientras duermo en su regazo durante un viaje en colectivo, ese papá que me va a comprar crema de enjuague un domingo a la noche, esa mamá que se levanta a las 6 para que yo lleve mi vianda al trabajo o esa hermana que para mi cumpleaños preparó ella sola quichicientas pizzetas, una torta y tres docenas de empanadas.

Y la semana pasada, me volvió a pasar eso de que un sustantivo abstacto se topara frente a mí. Cuando menos lo esperaba, en una situación triste que me tenía lagrimeando bajito, una señora pasó caminando y volvió su mirada. Tenía rasgos orientales. Era alta y muy flaca. Vestía un jean oscuro y una camisa a cuadros en tonos tierras. Sus zapatos no los recuerdo. Me sonrió y chocamos los ojos. "¡Va a estar todo bien!", me dijo. En ese momento, vi a la esperanza de cuerpo entero. ¡Hasta la podría haber dibujado!

Luego de eso, pensé en cuántas son las veces que tenemos el privilegio de que a un sustantivo abstracto se le ocurra presentarse ante nosotros. Y pensé también en cuántas son las veces que no logramos verlo. Cuántas veces habremos dicho "¿y esta que se mete?". Cuántas veces continuamos nuestro camino sin incorporar esa prsencia.

Hoy, celebro a las personas que encarnan sustantivos abstractos de los nobles, de esos que reconfortan el alma, en el más literal de los sentidos.

¡Correctivo al que no ve la esperanza cuando pasa caminando, sea china, japonesa, coreana o taiwanesa; y correctivo a los abstractos malos que no cruzan por la senda peatonal y nos agarran desprevenidos!

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